Una comitiva de sobrevivientes del que fuera buque insignia de la Armada Argentina, el crucero “General Belgrano”, homenajeó a los marinos caídos en el ataque al buque, hundido por un submarino inglés durante la Guerra de Malvinas, el 2 de mayo de 1982.
El homenaje, encabezado por el ministro de Defensa Jorge Taiana, se realizó a bordo del rompehielos “Almirante Irizar”, que llevó a la comitiva desde el puerto de Ushuaia, de donde zarpó el domingo a la tarde, hasta el punto 55°24′S 61°32′O, a unos 160 kilómetros al sur de la Isla de los Estados, donde llegó este lunes poco antes de las 16, hora en el que el buque argentino recibió el impacto de los torpedos que sellaron su suerte hace 40 años.
“Navegamos por el Atlántico Sur a bordo del Irizar para llegar hasta el lugar donde fue atacado el Crucero General Belgrano y honrar la memoria de los 323 héroes que dieron la vida por la Patria”, escribió el ministro Taiana en su cuenta de Twitter, y subió un video de un tramo de la ceremonia, realizada en una tarde gélida y gris.
Los restos del ARA “General Belgrano” yacen a 4.200 metros de profundidad, en el fondo de la Cuenca de los Yaganes, una amplia extensión del Mar Argentino, entre el norte de la península antártica y el sur de las islas de Tierra del Fuego y de los Estados, y declarada Área Marina Protegida en 2018.
El Belgrano se hundió a las cinco de la tarde, una hora después de ser alcanzado por los torpedos fuera de la “zona de exclusión” delimitada por los mismos británicos. La famosa fotografía tomada por el teniente de fragata Martín Sgut con la cámara de un marino que rescató de la cubierta antes de abandonar el barco, y que muestra al buque escorado fatalmente, rodeado de las balsas de lona naranja donde muchos de quienes salieron con vida del ataque morirían poco después por las heridas o el frío, sigue siendo el único testimonio de aquel día en los confines del mundo.La foto tomada por Sgut, que a las 4 de la tarde cuando el primer torpedo del “Conqueror” impactó contra la sala de máquinas subió como pudo a la cubierta, convertida a esa altura en un campo de batalla, tiene su propia historia y derivó en un juicio en los tribunales estadounidenses, que obligaron al The New York Times a pagar al marino argentino la suma de U$S 20.000 por los derechos de autor de la imagen que publicaron sin autorización una semana después del ataque, luego de que fuera vendida en secreto por el capitán de corbeta José Garimaldi, que pertenecía a la Inteligencia de la Armada Argentina.
Un día antes, cerca de las 20, mientras navegaba cerca de Isla de los Estados, el “General Belgrano” había recibido órdenes para sumarse a una maniobra para enfrentar a los británicos desde el sur, de la que participaría también el portaaviones “25 de Mayo”.
El plan fue cancelado por el clima, que impedía las operaciones aéreas, y el Belgrano puso proa al continente sin saber que desde la mañana de aquel día estaba siendo monitoreado por el “Conqueror”, que recibió la orden de ataque al día siguiente, por parte de la primera ministra Margaret Thatcher.
Fue el final de un buque destinado a pasar a la historia. El General Belgrano, un crucero de 13.500 toneladas, había pertenecido a la Marina estadounidense, botado durante la Segunda Guerra Mundial, sobrevivió al ataque japonés en Pearl Harbour, el 7 de diciembre de 1941, y participó de varias de las operaciones navales en el océano Pacífico.
“Cuando escuché el impacto del primer torpedo pensé que se trataba de un ataque aéreo, porque al pegar en la zona que no estaba acorazada del barco fue como si nos sacaran del piso de un golpe, medio metro para abajo. Yo acababa de tomar mi turno, estaba en la sala de máquinas, abajo, en la ‘panza’ del barco”, describió a la agencia Télam Darío Volonté, ex maquinista del buque, hoy un cantante lírico reconocido en el mundo.“Siempre digo que el Belgrano fue un caído más de Malvinas; peleó con nosotros y al momento de hundirse, por la forma en la que lo hizo, como un tirabuzón, no produjo esa presión ni esa succión que se hubiera llevado con él las balsas que flotaban a su alrededor, lo que hubiera provocado muchas más muertes. Se fue solo”, describió Volonté.
El crucero ARA General Belgrano perteneció a la Marina estadounidense y participó, bajo el nombre de “Phoenix”, en la Segunda Guerra Mundial.